Durante una intervención de más de una hora en su alegato de este viernes, la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, aseguró que la causa en la que se investiga su participación en una trama ilegal para defraudar al Estado mediante la concesión de obras públicas en Santa Cruz, se trata de una "fábula" montada para llevarla "de los pelos" a declarar.
Cristina dijo que las políticas puestas en tela de juicio son producto de "tres gobiernos elegidos por el pueblo", por lo que se trata de una acusación "anticonstitucional, antirrepublicana y antifederal".
"La gente elige los gobiernos, los tres gobiernos, el que le tocó encabezar a Néstor Kirchner y los que me tocó encabezar a mí, fuimos elegidos por el pueblo. No podemos ser una asociación ilícita", manifestó Fernández de Kirchner.
Si todos los actos del Gobierno fuesen producto de esta "asociación ilícita", los dos fiscales serían ilegales y no podrían estar acusando, porque ambos fueron designados en el cargo por Cristina. La vicepresidenta acusó a los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola de violar la Constitución por sustentar la acusación en "decretos aprobados en el Parlamento".