El escandaloso asesinato del periodista saudí del Washington Post estadounidense, Jamal Khashoggi, aún no se ha llegado a esclarecer por los poderosos intereses existentes, los mismos que mantienen el control de la investigación e información.
Conocido es por todo el mundo que el comunicador fue asesinado en el interior del consulado saudita en Estambul, Turquía, porque las mismas autoridades turcas denunciaron desde el primer día de la investigación que tienen en su poder las grabaciones del crimen, ya que Khashoggi tenia su reloj sincronizado con celular iPhone y la nube, grabaciones que intentaron ser neutralizadas y borradas por los asesinos, pero ya estaban grabadas en la nube.
Estas grabaciones serían las evidencias de lo "monstruoso y terrorífico" del asesinato, pues lo habrían descuartizado el cuerpo de Khashoggi y posteriormente introdujeron el cuerpo desmenbrado en bolsas plásticas.
El reino saudita ya acepto que se cometió el crimen en el interior de la embajada tras una pelea, luego dijeron que sufrió un paro cardiaco, la información que entregan es incoherente y las mentiras no convencen a nadie. Hoy reconocen que el crimen fue premeditado, pero el cuerpo no aparece, y sino aparece, no hay crimen sino existe el cuerpo del delito.
Todo estaba planificado y todos apuntan al príncipe heredero y hombre fuerte de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, quien viene ejecutando una purga de opositores en el reino. Salmán es hoy por hoy un hombre con mucho poder y multimillonarias inversiones en Estados Unidos y muchos países del mundo, los petrodólares hacen su trabajo y el caso podría quedar en la impunidad.
Ante los intereses geopolíticos y económicos, las presiones internacionales aparentemente han empezado a bajar., como lo evidencia Turquía, su presidente Recep Tayyip Erdogan, anunció que mostraría las pruebas al mundo y de pronto se presentó hablando en tono muy bajo, pues seguramente estaría negociando jugosas ventajas para la economía turca tan venida a menos, y, un préstamo e inversiones de la monarquía saudita, no le vendría mal.
Por otro lado Arabia Saudita tiene lazos económicos y muy fuertes con EE UU., actualmente se mantiene pendiente una compra multimillonaria de armas y habría que agregar lo que representa el reino saudita estratégimente en la geopolítica estadounidense y sobre todo en el combate al terrorismo yihaidista en medio oriente.
Recientemente la directora de la CIA estadounidense,Gina Haspel, estubo en Turquía verificando las grabaciones del asesinato de Khashoggi y en unas horas entregará un informe al presidente Donald Trump.
En tanto, el Congreso de EE UU., continúa presionando a Trump para que aplique las sanciones a la monarquía saudita y, muy posiblemente Haspel tenga que comparecer ante el Congreso para informar sobre su visita a Turquía y lo que escuchó en las grabaciones.